miércoles, 11 de julio de 2012

La primera vez que soñé con casarme, incluidas las campanadas de la iglesia…


Sólo tres veces he soñado con casarme. Sí, aunque parezca un embuste, ya que al ser mujer latina y educada para convertirme en niña de sociedad, pensarían todos que debería tener en mi historial una cantidad interminable de ocasiones en las que me he imaginado ante al altar.

Siento decepcionarlos, pero sólo han sido tres veces. Aunque todas terminaron en tragedia.

La primera vez fue a los 16 años. Un joven guapo que vivía a 426.51 kilómetros en línea recta de la ciudad en la que radicaba de niña. A esa edad, cualquier chico podría parecer atractivo,   -es la época de la punzada, diría mi abuela-  y éste no era la excepción. Alto, tez blanca,  cabello oscuro, y una sonrisa encantadora. Lo mejor, unos cuantos años mayor que yo.  Era sobrino de un amigo de mi padre y cada verano llegaba de visita para estar unos días en la playa y disfrutar, claro está, de la compañía de la familia de su tío.

Conversábamos poco, pero las ocasiones en que lo hacíamos eran como estar en las nubes, y mi imaginación volaba creando historias de amor con él.  Uno de esos veranos, me prometió que nos escribiríamos para estar en contacto y conocernos un poco más. Me hizo gran ilusión y esperé durante varios meses una de sus cartas. 

Al llegar la víspera de navidad, recibí una tarjeta. Emocionada, abrí lentamente el sobre y descubro una ingeniosa imagen de un hombre corpulento saliendo de una caja de regalos, -por supuesto era él- con unas cuantas palabras escritas para mí. “Espero verte pronto y te deseo una feliz navidad”.

Ese día, volé todavía más alto que las nubes en las que me  visualizaba con él.

Esa noche, me soñé vestida de novia, caminando hacia al altar, y al llegar, junto a mí, estaba este joven vestido de frac, con una hermosa sonrisa. En esa época de adolescencia, era el hombre perfecto. En la actualidad, creo que sería un sapo disfrazado.




Desperté un tanto inquieta. Recordaba un libro que había leído en aquel tiempo, que trataba el tema de las supersticiones -México es un país de creencias y nadie está exento de pensar que esto puede ser verdad-. La protagonista mexicana había soñado con su boda. El novio era un militar que había regresado a su país a cumplir con su deber en la guerra civil española. Al final, él nunca regresó a México y sólo vino por ella, en espíritu, cuando falleció. Los dos juntos en la eternidad. Bonita forma de acabar una historia. Esto a los 16 años es impactante, porque los sueños del amor se pueden destruir en un pis pas.

Así que ese día cuando  me despabilé de mi cama y evoqué el sueño, de inmediato lo relacioné con esta historia. Pensé que esto era una locura y que era ficción;  no me podía pasar a mí.

Por desgracia, muchas de las veces, la realidad supera la ficción. El 1 de enero de aquel año, mi padre recibió una llamada. Era el tío, quien nos avisaba que su sobrino, en compañía de sus dos hermanas, había tenido un accidente de auto. Todos murieron de manera instantánea.

La primera ilusión de imaginarme en el altar se fue con este joven que vivía a  426.51 kilómetros de mi, y que ahora, esa distancia se había convertido en una eternidad.

PD. Las otras dos ocasiones que he soñado con casarme tendrán su propia historia. Por ahora, este relato tiene su propio espacio y forma parte de las historias  de María. Le dedico un minuto de silencio a este joven atractivo que murió sin tener la oportunidad de conocer a esta guerrera de la vida.

4 comentarios:

  1. pues tu crees que se ha ido y quiza esta en tu soa muerto de risa cada vez ue pones el youtube para cantar,,,,o se saborea esos ricos platllos que nacen de tu imaginacion con esos ingredientes madrileños que en tu vida habias visto jajajajaj... por eso te ha ido requetebien,, tienes un angel enamorado tras de ti...

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  2. jaja pues no lo había considerado...ya luego contaré otra historia que trata de un espíritu o como le quieras llamar, y sentía su presencia, igual y es este chico, pero bueno no lo invoquemos, mejor así jaja un besazo amigaa!!!

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  3. ¿como superas esooo??? :S, que triste!!, lo bueno es que tienes una capacidad de adaptación asombrosa :D. Besos!!
    LV

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    1. Ay amigo..si fue triste, pero todo pasa por algo y mira ahora estoy escribiendo mis historias! jeje un besote!!!

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