lunes, 26 de marzo de 2012

El valor de los 5 minutos...

Ana recibe una llamada de su jefe, le pide tener una reunión con ella. Nerviosa se dirige a su oficina, insegura del tema que quiere tratar con ella.

“Ana, estamos muy contentos con tu trabajo, eres una persona proactiva y autosuficiente en tu trabajo y reconozco que eres una persona feliz por su naturaleza”.

Ana da un suspiro de tranquilidad y le mira a los ojos  para ser empático con su jefe; sin embargo ve en ellos un destello que le inquieta…sí ahora viene el verdadero feedback.

“Ana, hay otro tema que quiero tratar contigo, y es tu llegada a la oficina. A partir de mañana, quiero que llegues puntualmente y tengas la oportunidad de desayunar conmigo y con Julián. Considéralo como la primera reunión del día, no toleraré un día más que llegues tarde, esto no será negociable”.

Ana sale derrumbada de la oficina de su jefe, no llega a las 9:20, 9.30 ó 9:40… ¡sólo llega 5 minutos tarde! Su reloj marca 9:05 cuando abre la puerta de su oficina. A esa hora, su jefe y Julián siempre están en la cocina desayunando y ella se dirige sigilosamente a su lugar de trabajo para iniciar el día.

Estos 5 minutos representan para Ana un cambio de vida, hay que levantarse de la cama 5 minutos antes, coger el metro 5 minutos antes y caminar a paso veloz entre estación y estación para no perder la conexión.

El reloj-despertador le recordará diariamente que no puede quedarse más tiempo en la cama y que tiene una misión: llegar a las 9:00 ni un minuto antes ni después.

Aunque parezca algo tonto o sin importancia, estos 5 minutos son trascendentales; y ambos lo saben.

Para Ana será un sacrificio que cree que será difícil de superar, pero su Jefe está convenido que lo conseguirá. Para él será  la satisfacción de estar con su equipo reunido por la mañana, y compartir unos momentos previos a la jornada de trabajo.

¿Qué impacto tendrían en tu vida estos 5 minutos?, ¿de qué manera crees que podrían cambiar tu rutina diaria?

Definitivamente el valor lo pondrá cada uno de nosotros, para algunos será un hábito ya adquirido, para otros, como Ana, o como yo,  una circunstancia de la vida que marcará la diferencia…

“No es el tiempo el que nos falta. Somos nosotros quienes le faltamos a él.”

Paul Claudel

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