lunes, 21 de octubre de 2013

Érase una boda...


María observa el sobre que ha recibido. En su mente solo escuchaba su propia voz que decía -¡No, por favor!, ¿una boda?, ¿por qué tengo que seguir asistiendo a bodas? 

María ya ha pasado de los 40s e imaginaba que se había librado de todas las bodas habidas y por haber de sus amigos. –En Europa, las parejas no se casan, así que seguro allá no tendré que ir a ninguna boda.-

La realidad era otra; aquí y en China las parejas se casan, ya maduritos, en la segunda y hasta en la tercera vuelta hay casamientos. Así que, aunque a María no le agrade, sabe que no se librará  tan fácilmente de este gran acontecimiento social.

No piensen que su desazón es porque ella no se ha casado y se muere de la envidia, al ver que cada año más amigas se casan y ella sigue solterita, viendo pasar el tren de su vida sin una pareja. ¡No!, ¡eso nunca!

La historia es otra…


María tiene una especie de “karma” con las bodas. Por alguna extraña razón, -quizás un embrujo puesto por alguna pseudoamiga- en los últimos años, a cada casamiento que ha asistido, ha sucedido algo que le impidió su “final feliz”.


Es cierto, que el final feliz, le pertenece a los novios, -futuros esposos,- pero ¿no creen que ella también se merece uno, aunque sea por una noche?




Ese día, sentada en el sofá de su piso madrileño, solo se limitaba a observar el sobre. Al abrirlo, salieron algunos de los recuerdos de sus bodas pasadas como invitada.

De pronto rememoró la angustia de encontrar un acompañante de boda, ya que las bodas en México, es casi indispensable llevar como llavero un hombre a tu lado.



Por su mente desfilaron algunos de esos chicos que invitó, varios que eran más tiesos que el pan después de haberlo congelado, y no daban ni un paso para adelante ni para atrás –intentó con algunos darles más alcohol, a ver si se aflojaban un poco y tenían más ritmo, pero nunca resultó esta táctica.-

Otro más, que parecía que de pronto fuera mudo. Ese día , recuerda, optó por mandarlo a su casa, para seguir la fiesta sola con sus amigos. Después de todo, no hablaba…



Los momentos más memorables han sido con algunos especímenes llamados hombres…



El amigo del amigo de su mejor amiga que a mitad de la boda decidió irse, dejándola –sin despedirse- en la pista de baile.  Todavía recuerda que se llevó su lipstick rojo pasión preferido…




Aquel compañero de su primer trabajo, que la invitó a una boda –creo que
este chico, al igual que María se encontraba en un momento desesperado y por eso le pidió que fuera su pareja. Todavía no encuentra explicación a lo que sucedió aquella noche.-

Antes de ir a misa, se detuvo en la farmacia y le pidió que comprara unos preservativos, -es que me da vergüenza bajar con este traje, y no pienses mal, María, son para la broma que le haremos al novio esta noche.- María indignada por la propuesta, a mitad del postre. Soltó la historia. Todos voltearon a verlo y le lanzaron varios recuerdos de la madre, hasta que la canción de Luis Miguel terminó para dar inicio al vals de los novios.




Al final, él se vengó, yéndose a bailar con una pelirroja despampanante. Después de eso, María le pidió que la llevara a su casa y nunca más se volvieron hablar.






Aquel buen amigo, al que invitó amablemente para que la acompañara a la boda de la penúltima amiga de su grupo de universidad, -todavía sigue siendo la penúltima, ya que la boda de María será la última. Bueno eso es lo que ella espera que pase algún día.

María le dijo –por favor, no te asustes, pero todas te va a preguntar si hay algo entre nosotros, inclusive los maridos, así que tu calladito te verás más bonito.- 

Pero eso no fue así, ya que mientras esperaban, llegó la más indiscreta para preguntar quien era el acompañante, después de varias preguntas sin respuesta, él dijo, -te voy a decir la verdad...



María me ha contratado, soy acompañante de bodas, tengo un anuncio en el periódico- Los ojos de María saltaban chispas, y si esos ojos mataran, lo hubiera hecho en ese momento. Después de un incómodo silencio, la amiga se limitó a decir –dame tu teléfono, que tengo varias amigas que podrían interesarse en tus servicios.-


El último suceso fue hace dos años en España –María pensó que igual en Europa el hechizo podría romperse; pero no fue así.  En esa ocasión, un par de primas del novio, a antes, sus amigos y ella entraron de colados a la fiesta del viernes. en ese momento. stado aridos, ascancile pidieron ser partícipe de una broma para su hermano soltero. A María le pareció divertido, así que aceptó. A él le dieron la liga y a ella el ramo. Los hicieron bailar y darse un beso. Después de eso, -seguro que este hombre tiene delirio de persecución,- imaginó que María había ideado todo esto para “atraparlo”. A toda la familia le dijo que tenía miedo de lo que pudiera hacerle.

Uff...¿qué sucedería en esta boda?, ¿sería diferente para María?

Sabía, que por lo menos la presión social de no llevar pareja ya era un adelanto de que podría ser distinta esa noche. En España no es indispensable, llevar un acompañante.  Es más, por economía no se recomienda. 

Así que respiró profundo y decidió asistir…quizás el hecho de que a este pueblo llegaron los marineros en la “La Pinta” para anunciar el descubrimiento de América, podría ser la señal que tanto había esperado para que el maleficio fuera roto milagrosamente. 

Y así fue, aun cuando los novios le buscaban un amigo soltero, ella desistió. Quería romper el hechizo, nada de hombres…así que disfrutó el fin de semana sin presiones.

Hasta tuvo dos bodas. Un día antes, sus amigos y ella entraron de colados a una y el segundo día, asistieron a la verdadera boda. Fue un gran casamiento.

Dicen que una boda llama a otra boda. Así que… ¿de quién será la próxima?  



A las fuerzas del amor, el que huye es vencedor...





miércoles, 16 de octubre de 2013

Los policías detrás de una princesa azteca…


Hoy he vivido la historia más extraña de toda mi vida, esto considerando que soy una niña fresita regia, que  vive como princesa pijita en Madrid, -o por lo menos eso es lo que creía, hasta el día de hoy.  

Tuve una tarde con mucho lío en el trabajo,  y estaba ya cansada, así que mientras cruzaba la calle, pensaba si hoy era un buen día para ir a la piscina y descargar el estrés, perdón, tengo que ser honesta, la resaca acumulada de mis últimas semanas de fiesta.

Es importante aclarar que trabajo en una de las zonas más exclusivas de Madrid. Aunque lo que se veía cuando cruzaba la calle, era a una chica nada glamorosa. Con mochila en hombros, ya que la portátil pesa mucho.  Y  aunque no luzca como me gustaría, a estas alturas de  mi vida europea, prefiero cuidar más mi espalda, que mi imagen.  Eso sí, con mi bolso de Marc Jacobs y ropa comprada en el Corte Inglés. Debo ser sincera, andaba un poco a la “despreocupé”, porque no fui a las oficinas de mi cliente.

Al llegar al otro lado de la acera, me detengo en Corte Fiel, es una de mis tiendas favoritas de ropa casual para oficina. Veía en el escaparate algunas cosas que me gustaron, vacilé un poco, pensando en entrar y ver las rebajas, pero desistí. Pensé –tengo que ahorrar, que llevo muchos viajes este año.

Continúo mi camino hacia la parada del bus, y de pronto se acerca un tipo de aspecto jovial. Se para enfrente de mí y hace que detenga mi paso; cuando volteo, tengo a otro, junto a mí. Sin más, uno de ellos abre su chaqueta y me muestra una placa y me dice –denos su bolso que necesitamos registrarlo. Somos policías y estamos haciendo una investigación-.

Abro los ojos asustada y les digo –yo no les voy a dar mi bolso, ¿cómo sé que realmente son policías?- Lo dos hablan al unísono, uno de cada lado mío, y me decían un montón de cosas que yo apenas escuchaba. Estaba tan nerviosa que todo se mezclaba, -que era normal este tipo de inspecciones, que yo tenía que acatar la ley, que no podía negarme… De pronto volteo y veo a un guardia de seguridad de una joyería, también muy exclusiva; logro caminar hacia él, entro a la tienda y le digo, -dígame si estos tipos son policías, yo no les daré nada mi bolso, pero necesito saber si me dicen la verdad.

El guardia de seguridad parecía divertido, no sé si por la situación o por la cara que puse de terror. Él  solo se limitó a sonreír y decirme, -sí lo son, hágale caso.- Volteo de nuevo y pensé, -esto es una broma, debe haber alguna cámara escondida. No encuentro otra explicación, si estoy casi a punto del desmayo y este hombre se está riendo de mí.

Los tipos no entraron a la tienda, pero desde afuera, uno de ellos, -el más guapo de los dos- me habló más fuerte y me dijo que tenía que salir de ahí y mostrarles el bolso y mi mochila. Que ante la ley, yo no podía negarme.

Volteo para todos lados, buscando un lugar donde ponerme, ya que pensaba que si les daba mi bolso, podrían salir huyendo con él. Y les digo, -vamos a la banca del bus. El otro tipo dice, -donde usted nos indique.-

Cuando llegamos me siento en la banca, ya que me temblaba todo y una lagrimita comenzaba a asomar por mis ojos y sigo en mi postura de no darles mi bolso. Así que el tipo dice -¿qué pasa?, ¿en su país no hacen inspecciones de este tipo?, a lo que le respondo -en mi país, llegan con placa falsa y me roban todo, así que no me fio de ustedes.

Ya desesperados por mi falta de cooperación, los dos comienzan otra vez a hablar al unísono, -que si les tengo que mostrar el DNI, que si he sido detenida antes, que cuanto tiempo llevo viviendo en España, que donde trabajo. -Demasiada agobiada con tantas preguntas y viendo a la gente a mí alrededor tan tranquila, como si fuera esto de lo más normal, respiré profundo para ahogar otra lágrima y no me vieran más nerviosa de lo que ya me encontraba.

Así que, temblorosa, saco de mi bolso el DNI y se los entrego. Me dicen, -tenemos que registrar todo. Sin dejar mi bolso y mi mochila, les permito esculcar dentro de ellos.

Al final, no encontraron nada. Era obvio que no iban a encontrar nada,  y solo se limitaron a decirme, -usted coincide con una descripción de una persona que roba en tiendas. Su mochila está abultada y parecía como si escondiera algo. - ¡Valgame Dios! Esto significa que si traigo mi ropa deportiva y mis tennis/zapatillas soy sospechosa de hurto porque se "ve" muy pesada.

No me pidieron disculpas, simplemente se fueron…dejándome con una sensación de vacío y de impotencia. Al inspeccionar el interior de mi bolso, fue como sentir que me desnudaban, y que una parte tan personal fuera tocada por estos tipos.

No puedo decir más…solo que espero que esto no me vuelva a suceder, pero siendo latina en un país como éste, con tantos problemas por la crisis, seguro que pasará de nuevo. Ahora ya sé lo que tengo que hacer, pues ante todo soy una orgullosa princesa azteca.

domingo, 5 de mayo de 2013

Las segundas oportunidades



Si pudiera regresar el tiempo, María cambiaría algunos de los momentos que ha dejado pasar…


  • Haber agradecido -antes de que falleciera- a ese chico que una navidad le envió una tarjeta deseándole toda la felicidad del mundo.
  • Haber sonreído un poco más a aquel muchacho tímido que en secreto la amaba cuando estudiaba en la universidad.
  • Haber decidido como carrera la actuación cuando terminó sus estudios.
  • Haber aprendido desde niña a tener como hábito el ejercicio.
  • Haber conservado a lo largo de su vida,  algunas amistades que valían la pena.
  • Haber desechado al minuto uno, a mucha de la gente que se ha cruzado en su camino y que no le han aportado en absoluto.
  • Haber abierto el corazón sin miedos a esa persona especial cuando era el momento para hacerlo.



Nunca sabrá el rumbo que su vida hubiera tomado al decidir de otra manera, pues sabe que el tiempo no se puede volver atrás. Sin embargo, si la vida le diera una segunda oportunidad, algunas de las cosas que ha dejado ir, muy seguramente haría que fueran diferentes… dejaría que su corazón hablará en lugar de la razón.


“Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.”

Gabriel García Márquez

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No pierdas la oportunidad. (Poema Nº 821)
Autor: Manuel Altez

El tiempo se va a cada momento
sin que pudiéramos volver atrás.
Aprovecha al máximo que no
existe en la tierra, eternidad.

Vive con amor el tiempo
que dios nos da, el mismo
que en un segundo esta y
al siguiente lo vez volar.

No pierdas la oportunidad de
amar de verdad.
No pierdas la oportunidad de
tus alas abrir y al firmamento
saltar.

Como un tren, la vida pasa
y sigue, no esperes para
dar valor tarde, a esa persona
que hoy te llena el corazón.

No te guíes por la razón,
deja que cada latido te
llene de amor.

No temas al viento, que
la peor tormenta se llama
arrepentimiento.

No pierdas la oportunidad
de nada en los sueños que
tanto anhelamos hacer realidad.

No pierdas la oportunidad, de
amar y amar.